Se compone de una base inferior de estabilización, y dos o más capas de madera, de las que la o las intermedias suelen ser de madera resistente, como pino o abeto, y la superior o de acabado, de madera noble. Esta última capa suele tener un grosor de entre 3 y 4 mm, de manera que pueda lijarse y barnizarse.
Por último, la capa de madera noble, incorpora una última capa con un tratamiento superficial de barniz, con base al agua, hasta 7 manos en su tratamiento haciéndolos excepcionalmente resistentes a la abrasión, también fitros de rayos ultravioletas.
Este tipo de suelos consiguen un acabado de la misma calidad visual que los parquets de madera maciza, superándolos incluso en algunos aspectos, como en estabilidad dimensional, ya que al disponerse las sucesivas capas con las vetas perpendiculares, las deformaciones de las piezas debido a la humedad o temperatura disminuyen. Los tarima flotante madera multicapa suelen incorporar, al igual que los suelos de tarima flotante sintética, un sistema de anclaje tipo clic.